Las nuevas directrices de la Sociedad Europea para el Estudio de la Enfermedad Celíaca (ESsCD) de 2025 proponen una revisión profunda del enfoque diagnóstico tradicional de la enfermedad celíaca (EC), con el objetivo de mejorar la precisión, reducir el tiempo de diagnóstico y adaptarse a los avances científicos recientes.
Principales reflexiones y cambios propuestos:
- Menor dependencia de la biopsia intestinal
Se promueve un enfoque más flexible, especialmente en pacientes con niveles elevados de anticuerpos específicos (anti-transglutaminasa y anti-endomisio). En ciertos casos, se puede confirmar el diagnóstico sin necesidad de biopsia, lo que representa un cambio significativo respecto a las prácticas anteriores. - Importancia de la serología avanzada
Las pruebas serológicas siguen siendo fundamentales, pero se recomienda una interpretación más contextualizada, considerando factores como la edad, síntomas extraintestinales y antecedentes familiares. - Evaluación clínica más integral
Se enfatiza la necesidad de considerar síntomas no digestivos (como fatiga, anemia, alteraciones neurológicas o cutáneas) en el proceso diagnóstico, reconociendo que la EC puede manifestarse de forma muy diversa. - Uso racional del test genético HLA-DQ2/DQ8
Aunque no se recomienda como prueba de primera línea, el test genético puede ser útil en casos ambiguos o cuando el paciente ya ha iniciado una dieta sin gluten antes del diagnóstico. - Diagnóstico en poblaciones especiales
Se incluyen recomendaciones específicas para niños, adultos mayores, personas con enfermedades autoinmunes asociadas y familiares de primer grado de pacientes celíacos. - Mayor énfasis en la educación y seguimiento
Se destaca la importancia de acompañar el diagnóstico con educación nutricional, apoyo psicológico y seguimiento clínico regular, especialmente en los primeros años tras el diagnóstico.
Conclusión
Las directrices ESsCD 2025 representan un paso hacia un diagnóstico más personalizado, menos invasivo y más centrado en el paciente. Este enfoque busca reducir el subdiagnóstico y mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad celíaca, reconociendo la complejidad clínica de esta condición.